Lunáticos
Los lunáticos confían en su superioridad numérica e intentan machacar a sus rivales en combate cuerpo a cuerpo. Su arsenal incluye todo tipo de armas cuerpo a cuerpo, desde lanzas hasta segadoras. Esta facción prefiere emboscar a los supervivientes que se alejan de sus camaradas.
Asaltantes locos. Sabuesos del caos. Tras el cataclismo, al comenzar a cambiar la naturaleza humana misma, para muchos fue un golpe psicológico tan fuerte que no pudieron soportarlo. Habiendo abandonado los grilletes de la civilización, encontraron refugio en la parte animal de su vieja naturaleza, un lugar donde el fuerte devora al débil, donde los solitarios son conducidos a rebaños que se encuentran bajo el mando de los líderes, rechazando el concepto de moralidad y sometiéndose completamente a sus instintos de superviviencia y reproducción.
Los Lunáticos aman todo lo que ruge, explota y acelera rápidamente. Se mueven de un lugar a otro en buggies, construidos siguiendo diseños de tipo ligero, fabrican escopetas de metralla usando viejos lanzadores de granadas, lanzacohetes y lanzas explosivas.
Es curioso que sea en los Lunáticos donde las huellas de un cambio global son menos evidentes. Incluso la decoloración de los ojos se manifiesta de una forma bastante débil. Sus líderes, aquellos que se han dejado dominar por completo por su naturaleza animal, siempre poseen un color de ojos habitual entre los humanos. Es una pena que no haya nadie que pueda llevar a cabo una investigación científica completa sobre este hecho...
Pete el Psicópata
Señor de la Guerra
En el viejo mundo era un pequeño gángster, cruel e intrépido, pero a la vez demasiado impredecible para poder ascender rangos en la estricta jerarquía del clan.
Después del desastre, pasó muchos años disfrutando de total libertad e impunidad, sin ni respetar a los extraños ni a los suyos. De alguna manera comenzó a liderar una pequeña banda de escoria, que lo seguía a todas partes. Después de todo, aunque él permanecía siempre en primera línea, invariablemente, lograba regresar con vida de cualquier pelea. Como si una maldición le permitiera esquivar las balas y el fuego. Como si estuviera buscando la muerte pero esta siempre lo evitaba.
Como una nube de langostas, la banda se movía a lo largo de Wasteland sin un objetivo, cruzando montañas y lechos de ríos vacios hasta que se encontraron con el ejército de Khan.