Cuando Khan comenzó a unir a las numerosas bandas, tuvo que afrontar el problema de que ideología podría mantener juntos a todos estos saqueadores medio enloquecidos. Tenía que encontrar algo que todos temieran más que la muerte. En lugar de inventar algo nuevo, recurrió a las brujas, hechiceros y otros psíwuicos que ya existían en la conciencia de las masas (y que recién aparecieron en Wastelands tras el desastre).
Se reunió personalmente con varios de ellos y les hizo una oferta imposible de rechazar. Entonces comenzó a formar una casta, responsable del estudio ideológico de las masas.
En unos pocos años, el número de los Adoradores del Fuego aumentó. Ahora cada unidad cuenta al menos con una carpa móvil, o un mortero, o un caldero, o al menos una bola de cristal, con la que contactar con el más allá. Y controlar a los saqueadores.
Y para garantizar su seguridad en el mundo material, cada uno de esos vehículos cuenta con una unidad de élite de escolta.
Ni mucho menos es un hecho que los Adoradores del Fuego posean algún tipo de habilidad sobrenatural. Pero ¡si cuentan con talento para la representación! La columna vertebral de esta facción la forman ex actores, músicos y simples delincuentes con apariencia llamativa y suficiente coraje.